viernes, 28 de marzo de 2014
jueves, 27 de marzo de 2014
El ocaso del Macá tobiano
Este documental dirigido Marcelo Viñas y Juan María Raggio, procura concientizarnos sobre la situación del macá tobiano: una especie en serio peligro de extinción que habita las lagunas de las mesetas patagónicas.
El macá tobiano es un ave zambullidor de plumaje blanquinegro que se alimenta de pequeños invertebrados acuáticos. Fue descubierto en 1974 y hoy en día no quedan más de mil ejemplares de los 3000 a 5000 censados en los años ’80, restringidos a algunas pocas lagunas de Santa Cruz. Al ser un ave exclusiva de esta provincia, es todo un símbolo de la Patagonia.
Muda en crustáceos
Cuando los crustáceos llegan a la vida adulta, solo pueden crecer mudando su antigua cubierta externa, cambiándola por una más grande, este proceso se llama muda o ecdisis, y es realizado varias veces durante la vida adulta, y está controlado por hormonas. El esqueleto externo es producido por unas células que se disponen por debajo del antiguo esqueleto. Justo antes de empezar la muda, esta capa de células se separa de la parte dura, y el espacio resultante se llena de fluido que contienen las enzimas que hacen el esqueleto más blando, hasta que consiguen romperlo por los punto más débiles. El exoesqueleto nuevo todavía es blando y arrugado, y se tiene que extender y endurecer. Los crustáceos marinos absorben agua después de la muda para extenderlo, y a continuación, se esconden durante cierto tiempo hasta que la cubierta es dura, porque mientras no está formada, son mucho más vulnerables a los depredadores.
EL pulpo imitador (Thaumoctopus mimicus)
El pulpo imitador tiene la extraordinaria capacidad de hacerse pasar por muchos de los peces tóxicos o las serpientes de mar que comparten su hábitat.
En lugar de integrarse con en el fondo, el imitador de animales a menudo utiliza la estrategia temeraria de hacerse más visibles a los depredadores.
Los científicos creen que el comportamiento ha evolucionado para asustar a otros animales.
Tras un aplanamiento de su cabeza y brazos, utiliza una pantalla en color marrón y blanco grisáceo, adoptando una técnica de natación ondulada, el T. mimicus puede engañar a los depredadores de que se trata, de hecho, de un pez plano venenoso en lugar de una buena comida.
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